martes, 13 de enero de 2009

La lección

Exactamente donde estaba no recuerdo, se encontraba conmigo la psicóloga. Recuerdo que me dijo: “hoy vamos a ver la diferencia entre angustia y sufrimiento, cuando es el momento en el que una persona ya puede preocuparse por algo”. Ella encendió un televisor y una especie de corto empezó proyectarse. Inmediatamente yo podía ver y estar al mismo tiempo, como dentro pero no parte de la proyección. En la película aparecía una mujer con su hijo. Estaban en su casa. Algo malo iba suceder, se presentía. Se podían ver imágenes como de una calle con neblina, rodeada de arboles, oscuro y grisáceo. Ella se asomó por la ventana. En un instante estaba afuera en la calle y un hombre que no puedo identificar la persigue. Tiene un hacha en la mano y arremete contra ella (Este hecho seguro proviene del capítulo el chapulín colorado que había visto dos noches anteriores donde la bruja baratuja suelta un conjuro y un hacha le atraviesa el cuerpo). Yo estaba sumamente angustiado. Si bien estaba de alguna forma “dentro”, algo de mi esperaba que la psicóloga señalara cuál era el momento reflejado en la película en el que ella tenía “derecho angustiarse” por lo que estaba viviendo. Entonces vino el segundo ataque. Ella en la misma calle estaba sentada en una silla. Curiosamente no tenía pelo, (puedo identificar este hecho de otro programa que había estado viendo en la tarde, donde una mujer joven que acababa de terminar la quimioterapia tenía que quitarse la peluca, pero le daba vergüenza), el hombre le atravesó su cabeza con un alambre, de atrás hasta la frente. Movía el alambre de un lado al otro para dañarle el cerebro. Finalmente el hombre arremetió contra ella de alguna forma, con un machete, o cuchillos por todo el cuerpo. (Este hecho es muy similar al que vi en otro programa hace un par de días llamado “que show con la bogue”, pasaron un supuesto corto donde a la bogue la mataba su hijo violentamente con utensilios de cocina). Inmediatamente desperté pensando, “’ ¿En qué momento debía ella haberse preocupado por lo que estaba sucediendo? ¿Tal vez le cogió tarde?

miércoles, 7 de enero de 2009

La Banda

Estaba en un lugar enorme que parecía un teatro-cine. Las sillas no estaban fijas, eran sillas plegables y tenía un techo alto, las paredes eran enormes con cortinas rojas que colgaban en pliegues. Al frente había un pequeño escenario. Eran como dos auditorios idénticos paralelos con un ambiente rojizo. No estaban muy llenos. Estaba una de mis jefas ahí, entonces me dijo: “manuch, ve a traer los instrumentos para tocar”. También estaban los compañeros con los que había trabajado en unos talleres en septiembre, ellos eran mi “banda”. Yo accedí un poco consternado pensando: “yo no sé tocar la batería”. Ya el teatro parecía empezarse a llenar. Cuando íbamos saliendo entre las filas me encontré con una tía abuela sentada esperando, me saludo de beso, como siempre sonriendo. Yo seguí caminando por un pasillo hasta que llegamos a la tienda “Universal”. Ahí compramos los instrumentos. Yo compré una batería, los demás unas guitarras, teclados, inmediatamente los llevamos al teatro. No recuerdo bien cuál instrumento le correspondía a quien, solo pensaba: “es que ni tiempo he tenido de probar como suena este aparato”. Estaba asustado y angustiado. Creo que todos estábamos porque nadie sabía tocar nada. Cuando íbamos de regreso al teatro ya estaba lleno. Había figuras muy importantes, aunque no recuerdo ninguno en especial, tenía la sensación de que había ministros, empresarios, etc. Las sillas estaban un poco desacomodadas. Caminando entre las sillas encontré otras tías abuelas, a mi abuela, todas me saludaron efusivamente esperando el “recital”. Yo cada vez más asustado pensaba, aquí no va sonar nada. De repente en el escenario estaban todos los instrumentos colocados, pensé que podría al menos travesear antes de tocar cualquier cosa. Tenía la sensación de que al menos cuento con noción del ritmo y de la música, algo sé. Pero en la batería estaba sentado Charlie Watts, el baterista de los Rolling Stones. No podía quitarlo, entonces me quede de pie detrás de él, viendo la gente esperar, cuando llegó mi jefa y me dijo al oído: “manuch, si vos crees que no va salir bien mejor no nos la jugamos, suspendamos este asunto”.

lunes, 5 de enero de 2009

Miguel Ángel

No sé de dónde venía, pero iba caminando por el Centro Cultural Español en el farolito. Acostumbro caminar por ahí, enfrente justo en la esquina hay una banca donde tomar asiento. Sentado estaba Miguel Ángel Rodríguez, el ex presidente actualmente impugnado en el caso Alcatel. De repente se deja decir algo: “espérense a que Manuel Valladares declaré, ya van a ver”. Yo en el sueño seguí caminando, aunque cuando desperté no tenía idea de quién es Manuel Valladares.

sábado, 3 de enero de 2009

La Novia

Había estado en la cena, o algo parecido con aquellos conocidos de la playa. Pero poca importancia tiene, inmediatamente abandoné ese lugar y estaba en un peaje. Era simbólicamente como del tamaño que aparenta tener el futuro peaje de Escazú, por donde he tenido que pasar últimamente todos los días. Yo iba caminando en dirección totalmente contraria a los autos que pasaban al lado como si no estuviera ahí. En la misma dirección y sobre la autopista venía ella, una amiga vestida de novia que corría como desesperada y un poco loca. Cuando nos encontramos estaba muy triste y asustada. Entonces le empecé a decir que no tuviera miedo… mientras pensaba… ¿cómo puedo hacer sentir bien a alguien si no me siento bien yo mismo?

Acerca

Una bitácora pública de sueños.