sábado, 7 de febrero de 2009

Cerca de búfalos

Recuerdo que estaba en unas votaciones. Era como un parqueo en un lugar que no conocía. Estaba de mal humor, era algo parecido o relacionado con el TLC. Había muchos carros, la gente caminaba entre ellos. En un momento llegó una tía preocupada por cómo se estaba desarrollando la votación. Pensé: no estamos en el mismo “partido”, pero diay… es familia. Sí tanto les preocupa ¿por qué no vienen a votar?

Luego estaba en mi casa. Mi tía estaba sacando cuentas de algo, me iba a dar un dinero, no sé para qué, solo sé que estaba relacionado con el resultado de la votación. Mis papas se pusieron a criticarla por las sumas exageradas de dinero que estaba manejando. De repente inició una inundación que iba por toda la calle. Una compañera del trabajo llego en una lancha o bote de súper velocidad a rescatarnos. Recuerdo que pasamos muchas calles totalmente llenas de agua sobre la circunvalación. Íbamos a toda velocidad, hasta pasar sobre la Fuente de la Hispanidad donde se empezó disminuir el nivel del agua. Un poco asombrado le dije que tenía que detenerse porque ya el bote iba pegar al suelo.

Finalmente estaba con mi compañera de trabajo en un edificio. Era amplio, vacío, pero recuerdo que tenía una alfombra. Pensaba: sí se mete el agua esto se va dañar. Mi compañera dijo: manuch, no se preocupe la Doctorcita lo construyó muy bien y no se va inundar. Cuando venía entrando me tropecé con un cerco de cabezas de búfalo que están alrededor de todo el edificio y nada puede dañarlo. Miré por la ventana y estaba oscuro grisáceo, como cuando llueve torrencialmente. Pude imaginarme los esqueletos de las mandíbulas de los búfalos enterradas alrededor de todo el edificio, sus dientes puestos boca arriba como una cerca protegiendo el lugar.

lunes, 2 de febrero de 2009

Embarazos no deseados

De la primera parte solo recuerdo había una figura bonita, alguien a quien admiraban por su belleza. Luego totalmente aparte, alguien estaba esperando un bebé “mío”, ese alguien no sé qué sexo tenía. Estaba preocupado, primero porque no tenía idea de cómo semejante hecho había sucedido, no recordaba. Segundo el hecho en sí mismo me generaba temor. Yo estaba al lado de esta persona en una cama de hospital, cuando la enfermera llego diciendo, “está perdido, tenemos que hacer un legrado”. Entonces me miró a los ojos con una compasiva lastima y tristeza, mientras yo la veía con una cara de felicidad que ella no entendía. Luego felizmente llamé a una amiga y le dije “esta perdido, van a hacer un legrado”.

Acerca

Una bitácora pública de sueños.