domingo, 9 de agosto de 2009

A cualquier parte

Estaba en el parque de la paz, había algunas personas conocidas a lo lejos, yo andaba solo. Estas personas se fueron, luego yo tomé un taxi para que me llevara a San José. En mi mente sabía que al día siguiente iba a salir del país, necesitaba llegar a mi casa a empacar. Cuando abordé el taxi me percaté que había olvidado el pasaporte, le indiqué al taxista dar la vuelta y regresar al parque para ir a buscarlo en una especie de baño público o “casilleros”. No recordaba cual era el número, de repente se me vino a la mente el 28 y efectivamente la llave abrió y ahí estaba. Luego seguí mi viaje en dirección por la circunvalación. El taxista tuvo un problema con el carro, íbamos conversando y llegamos a un garaje que era la casa del taxista, estaba su hijo. Yo le pedí que me dejara ahí, de todas formas estábamos cerca de San José, podía caminar hasta el bus. Empecé a caminar y noté que el barrio era muy limpio, todo estaba recién pintado, eran edificios algo viejos de la zona sur-oeste de San José. Pero no conocía bien cual era la forma de llegar. Había una especie de negocio donde una muchacha vendía desde una ventanilla. Ella me preguntó que si quería llegar a la CCSS o a l edificio de los tribunales, le dije que a la CCSS. Me dijo que siguiera esos dos edificios muy bonitos que se veían cerca. La verdad me hice el que entendí pero no vi ningún edificio alto ni bonito. Seguí caminando y llegué a un área donde había un festival de música y recordé que yo tenía entradas. Al día siguiente tocaba Radiohead. Había mucha gente caminando, típico de un festival, pero el festival era entre las calles, como entre edificios. Seguí caminando hasta que llegué a un auditorio no muy grande donde iba entrando mucha gente. Me di cuenta que Tori estaba ahí dando una conferencia de prensa. Estaba lleno el lugar, se sentía una buena vibra y Tori estaba vestida como un payaso lo que me hizo una gracia y me daba risa. Ya no había espacio para sentarse y caminé hasta sentarme muy abajo casi en el piso al lado izquierdo del recinto. Ella me podía ver desde ahí y me reconocía. Estaba muy tranquilo y a la vez feliz de lo que estaba sucediendo y de ver tanta gente. Me di cuenta que no tenía mi cámara de fotos, pues ese no era mi plan del día. De repente una persona que estaba muy enferma pidió acercarse a Tori y ella se levanto y a la mitad de la grada del auditorio se abrazaron, muy emotivo. Entonces aproveché y fui rápido a mi casa por mi cámara. Pensaba, “si mañana me voy, ¿para qué compré entradas para un festival si no voy estar?”. No recuerdo haber regresado al auditorio.

Acerca

Una bitácora pública de sueños.