lunes, 4 de enero de 2010

Progresivamente Lúgubre

1
Estoy en su oficina, tal vez ni existe, nunca estuve ahí. Le dije “mirá, desde acá se ve el volcán, ¿se puede llegar? Contestó, claro, fácil en 30 minutos…

2
La fiesta es sobre una plataforma construida en madera. Está mi tío y su familia. Hay muchos niños, entre los cinco y diez años. La plataforma es como si fuera le piso de un crucero, pero no estamos en un crucero, aunque todos pensamos que sí. Se eleva sobre la tierra. Un niño sale por la parte de atrás, dónde hay un bosque. El bosque se ve café, como en otoño. El niño se pierde, lo buscamos, lo llamamos, unos guardas de seguridad reportan el incidente, pero el niño está perdido. Hay una maestra que está a cargo de la actividad, no sé quien es, pero esta naturalmente preocupada.

3
No sé de quién es el funeral, voy al cementerio, pero de camino topé con un funeral. Venía la carroza, era extraño. El cementerio son dos aposentos separados, grandes pero no recuerdo un espacio físico en especial, no había nada más allá de los dos recintos. Se siente grisáceo.

Crucé con la carroza, la gente lloraba mucho, desconsolada, no sé quien murió, pero parece que es una persona que ha muerto por motivos inesperados, es lo que pienso.

Cuando pasa la caravana, encuentro un salón donde van a oficiar una última ceremonia. Hay poca gente, me parece ver el féretro puesto, me siento un poco irrespetuoso pasando por ahí, trato de salir rápido. Yo llevaba flores, no se a quien, pero flores al cementerio. Luego de que pasé, las puse sobre el suelo en una tumba.

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Acerca

Una bitácora pública de sueños.