viernes, 30 de octubre de 2009

Lugares, personas

Estaba en una terraza, o lugar amplio. Parece la sotea del edificio del MEP. Había más gente arriba, no sé quiénes son, parece una fiesta. No me caen bien.

El edificio es nuevo, con acabados muy simples. Había que bajar. Estaba con mi amiga (S). Sucedió algo extraño, había opción de bajar caminando o por el ascensor, pero no nos pusimos de acuerdo. Yo subí al ascensor, ella bajó por las gradas.

Había alguna gente de la fiesta dentro. El piso de abajo, era una sótano, donde había un auditorio. Me sorprendió que al abrir el ascensor, al llegar, quedaba justo en la mitad, casi en frente de la estrado principal. Me pareció raro.

Cuando llegué abajo, las sillas eran extrañas, eran sillas, no de auditorio, si no de café. Eran circulares, verdes, como modernas, raras. No estaban puestas viendo al frente, si no hacia cualquier parte, como en un café. También había otras sillas que eran largas, como de playa, o divanes forrados en vinilo. Había tres de estos divanes seguidos, me acosté en uno. Mi amiga (S) no llega, no la encuentro, no la veo bajar.

Entonces al mismo tiempo aparece mi amiga (IA). También aparece hombre, no sé quién es, pero trabaja ahí. Comienza a hablar al público. Pero no habla desde el frente del auditorio, más bien mezclado entre la gente, caminando. Empieza a contar que se va separar de su compañera, después de años. Que él está bien y que su esposa va a morir, que su vida debe cambiar, que encontró otra persona.

Era una historia extraña. Todos conocemos este hombre, es un conocido desde hace años, pero no sé quién es sin embargo, lo conozco hace mucho. Mi amiga (IA) llora. Llora conmovida con la historia, porque como ella dice “es alguien a que conocemos hace tanto”. Como explicar lo que sentimos.

Recuerdo ir con (IA) en un carro, hablando de su viaje. Me decía que de tal país a Brasil se dura 10 horas en bus. Conversamos del tema

Luego estaba en un “colegio”, o parecía uno. Había algo mal. Teníamos que pasar en medio de gente. Había una pared, donde había esa gente, personas. Tráfico de personas. Inmigrantes. Estaba (L), me dice “tenemos que correr porque nos matan”.

Finalmente, estoy con esta persona que hace años no veo (CA). Me dice que se va divorciar. Que se va unir con esta persona que es su amante. Que su familia la apoya. Es raro, voy conduciendo un carro, voy por Curridabat. Vamos tranquilos, como quienes se encuentran de casualidad, de repente.

miércoles, 21 de octubre de 2009

Encuentros

Estaba en la plaza de la cultura. No era de noche o de día, era un pasaje azulado y me acompaña mi amiga (S). Venía caminando hacia nosotros esta persona que ambos conocemos (N), traía un sobre en su mano. Se detuvo, nos saludamos efusivamente entre todos. Luego nos enseñó lo que traía dentro del sobre, unas fotos. He visto esas fotos antes, en digital, pero esas venían impresas. Se notaban de excelente calidad. (N) nos comentó que venía de la FUJI, de imprimir las fotos y que tenía un cupón, que nos mostró en su mano. Si quería nos llevaba para imprimir las nuestras.

Fuimos caminando por toda la avenida segunda, el paisaje era muy diferente. La calle era un poco más ancha, todos los negocios conocidos están ahí, pero los edificios parecen de los años 1930,19 40 inclusive 1950. Algunos tienen detalles muy bonitos, como en neón. Es como antiguo y moderno a la vez. Hay mucho movimiento, hay mucha gente, pero en general, hay como una sensación tranquila y relajada. Estaba asombrado de ver lo bonitos y conservados que se encuentran los edificios.

Llegamos a un lugar donde(N) nos dice: “aquí es”. Por fuera es también antiguo, de dos pisos, un color como verde. Tiene una puerta giratoria de estas que ya poco se usan, está pintada de dorado. Cuando entramos vimos que nos habíamos equivocado, que estábamos en un Casino con maquinas tragamonedas, mucha gente vestida bastante formal. Nos provocó mucha risa habernos equivocado de lugar, nos devolvimos por la puerta giratoria. Es difícil describir, pero era demasiado gracioso y absurdo entrar y luego salir.

domingo, 18 de octubre de 2009

Extraños Momentos

1.Estaba de viaje. Primero, me da la impresión de que andaba solo. Pero en otro momento me pareció que estaba con mi hermana y mi sobrino. Suceden algunas cosas sin conexión. La primera, recuerdo haber perdido mi maleta. Luego, estaba en una piscina con toboganes de agua donde estaba mi sobrino, muy similar a una donde habíamos estado el año pasado. El último que recuerdo es ir al aeropuerto. Estaba en un bus cuando recordé que había perdido mi maleta. Me bajé rápidamente y entre al lobby de un hotel. Pregunté en la recepción y mi maleta amarilla estaba ahí. Me sentía muy feliz y aliviado.

2.Era 31 de diciembre. El último día del año, las calles estaban casi vacías. Recuerdo que era el atardecer y hacia un sol muy intenso. Iba caminando por dónde suelo caminar de la Universidad a mi casa. Más no venía de la Universidad. Traía en mis manos algo similar a un paño azul, lo podía tomar por las dos puntas en los extremos y servía como una parapente. Venía bajando una cuesta donde se ve el sol, un paisaje rojo intenso. Estaba muy feliz y venía brincando, cada vez que brincaba lo hacía bastante alto y caía suavemente gracias al parapente. Era un momento muy feliz.

3.Caminado llegué a un lugar dónde hay un lote vacío, cerca en el mismo trayecto. Ahí había gente conocida, pero no identifico quienes son. Aparentemente íbamos a dormir ahí. Pero se sintió un temblor, entonces cambió la escena y el lugar era como el segundo piso de la casa de madera de mi abuela. En ese momento era como el cuarto donde cuando era niño me quedaba a dormir. Bajamos por las escaleras de madera y llegamos a la sala que era como una discoteca o salón de baile. Había alguien, un muchacho, estaba ensayando una especie de “break dance”. Habían otras mujeres también y estaba el coreógrafo. El lugar era enorme y desproporcionado en relación al tamaño real de la casa de mi abuela. Recuerdo que interrumpimos y dijimos que no podíamos dormir arriba porque justo acababa de temblar y lo sentíamos mucho, pero iban a tener que apagar la música. El piso también era de madera. Entonces, otras amigas que no recuerdo quienes eran, fueron y apagaron el equipo de sonido. El equipo era bastante complejo, como el de una discoteca. Luego llegó una persona-amigo, sé quién es (D). Me dice, “mirá manuch se te cayó esto”, y me da el reloj que actualmente uso, es un regalo. Le digo ¡pero como si lo ando en mi mano!, luego veo en mi mano más bien otro reloj que también tengo, pero nunca uso y también fue un regalo.

Acerca

Una bitácora pública de sueños.