martes, 4 de enero de 2011

El Jacuzzi Lavadora

Vivo en aquella calle en San José, cerca del cine Líbano. Hay un cuarto entro y salgo mil veces, no tengo nada que hacer. Al lado un comercio tiene una ventana abierta a la calle, alguien atiende viendo los juegos olímpicos de invierno que recién inician en Canadá.

Mientras lavo mi ropa adentro llega esta señora, Ivannia y Natalia, las psicólogas. La lavadora es tan enorme como un jacuzzi, pero la estructura de una lavadora.  Es las dos cosas.

Nos sentamos tranquilos al borde con los pies apenas tocando el agua. Estaba el profesor Paz, y la señora que llegó de primero muestra su colección de souvenires africanos. Una serie de animalitos plásticos, de muchos colores, amarillos, verdes, rojos, negros, cafés, monos, elefantes, jirafas, imposibles conseguir en el país, hermosos.

En este punto la señora afirma ser la creadora de los souvenires con materiales importados. Tampoco tengo certeza de si son africanos o australianos; en fin, el mismo tema de siempre, la gente le encarga y luego deja el perro amarrado. Una vez hasta llegó a llamar a la policía y el incidente terminó en un operativo donde cerraron calles y avenidas, todo por alguien que no pagó sus famosos souvenires.

Después de escucharla y a pesar de los ciclos y el enjuague, nos sumergimos junto a las hermanas en el jacuzzi lavadora.

Acerca

Una bitácora pública de sueños.