lunes, 29 de agosto de 2011

Agua Potable, Agua de Mar


Es de noche y el mar está muy picado. Las olas parecen enormes montañas de agua que vienen y van. Soy chófer de Oscar Arias. Voy manejando una bicicleta alta que sostiene un carruaje antiguo metálico, impulsada gracias al viento por una enorme vela, aunque a veces tenemos que pedalear.

Nos dirigimos a una isla cerca de Puntarenas. Además nos acompañan invitados especiales, el mar comienza a ponerse violento y me siento tranquilo de llegar a tierra.  En el lugar no hay nada más que una casa. No cualquiera, una muy lujosa, perfectamente iluminada con velas, llena de ventanales que dan a una terraza de piedra, todo guarda una elegante distancia.

Entramos, la mesa está servida. Todo está tallado con laboriosos detalles rococó de madera, las paredes y los adornos parecen colecciones del siglo XIX, cubiertos dorados, enormes candelabros que cuelgan del techo, sillas de ancho respaldar.

Pido disculpas para ir al baño, es igualmente suntuoso, tan grande como una habitación, de mármol añejo, grifería de plata. Pienso ¿si me lavo las manos saldrá agua potable, agua de mar?

sábado, 13 de agosto de 2011

India

Es un bar o restaurante, me recuerda aquel de Londres. Es en un segundo piso, no sé quiénes me acompañan. Escucho que afuera sucede algo, tengo la impresión de un robo, un asalto o un enfrentamiento. Me asomo por la ventana, casi todos visten con unas largas túnicas negras de estilo árabe. Hay mucha gente, vendedores de alimentos, todos levantan sus productos para huir. Alguien adentro me avisa que estoy arriesgando mi vida, no debo ver por la ventana si no visto una túnica, fácilmente reconocerían que no soy de ahí y me expongo a un secuestro. Inmediatamente nos vestimos con una túnica para salir corriendo en dirección hacia la estación del tren.


Parece que es Calcuta, o una ciudad llamada Nueva Calcuta. La estación  es enorme, vieja, desordenada como todo en la India, los rieles y el techo están muy oxidados, no entendemos bien las direcciones. Los trenes son blancos con una línea purpura a lo largo pintada en la mitad, van, vienen y no entendemos cuál tomar. Buscamos salir a Londres o Paris, parece que algunas líneas hacen a ruta. Un desconocido nos advierte de la urgencia irnos, corremos el riesgo de quedar varados. Desobedeciendo mi presentimiento tomamos un tren en la dirección contraria.  

De viaje el paisaje cambia, vamos a un pequeño poblado en una montaña aparentemente bastante influenciado por occidente, hay muchas calles y mucho comercio, lleno de residenciales muy planeadas. Es un lugar seguro, lejos del alboroto de Calcuta. Cuando bajamos pienso, tal vez alguien nos diga cómo salir a Londres o Paris. 

Acerca

Una bitácora pública de sueños.