lunes, 22 de junio de 2009

La pesadilla del Volcán

Iba cerca de las montañas de Cartago en un carro con dos compañeras de trabajo. De camino se podían sentir sismos pequeños. Podían ver gases que emanaban. Llegamos a un lugar que era un hotel o albergue. Estaba ubicado justamente en el cráter de un volcán. No obstante cuando llegamos las personas que iban a mi lado era mi familia y no mis compañeras de trabajo. Nos bajamos del carro, caminamos por los alrededores y sentía la impresión de un ambiente muy familiar. La vegetación era típica de un volcán, muy seco, árido, con olores a azufre. La verdad no era un lugar muy elegante, era más bien rústico muy a lo “tico”. Luego justo cerca del cráter había una explanada y al lado unas “cabinas” que tenían. Todas tenían un portón, estaban abiertas y había gente dentro. Todas tenían vista al cráter. Yo estaba perplejo, no podía creer que gente viniera a dormir aquí sabiendo que el volcán era sumamente activo y que podía causar erupciones en cualquier momento. La gerente del hotel nos estaba mostrando el lugar. Mi hermana y mi mama iban por un lado, mi hermano y mi papá estaban por otro lugar y mi sobrino corría. Le estábamos diciendo que no se acercara al cráter, que era muy peligroso, el volcán estaba activo. En un instante cuando estábamos cerca mi sobrino se acercó y cayó al cráter. En el sueño tuve una sensación terriblemente desgarradora. Lo tomé de una pierna y cuando lo iba sacando era como llevar un muñeco en mis manos y no lo podía creer. Estaba rígido, como de plástico, estaba muerto y no había nada que hacer. Desperté con una angustia tremenda.

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Una bitácora pública de sueños.